martes, 31 de marzo de 2009

ENFERMEDADES INFANTILES

ENFERMEDADES INFANTILES

Conjuntivitis

Por lo general, es causada por la transmisión de la bacteria estafilococo de un niño a otro. Los más susceptibles son los de los grupos A y AB , quizá porque tienen un sistema inmunológico más débil. Para tratar la afección de forma convencional se utilizan antibióticos y gotas oftálmicas, pero una alternativa sorprendente y no convencional es una rodaja de tomate recién cortada, la que contiene una lectina que puede aglutinar y destruir los estafilococos. La ligera acidez del tomate parece ser muy semejante a la acidez de las secreciones oculares. Exprimir el jugo del tomate fresco sobre una gasa y aplicarlo sobre el ojo afectado también puede aliviar.
Este es un ejemplo de como las mismas lectinas de un alimento cuya ingestión puede ser perjudicial pueden ser muy beneficiosas para tratar una enfermedad.

Diarrea

No sólo es extenuante e incómoda sino que puede llevar a una severa deshidratación, causando fiebre y debilidad en los niños. La mayoría de las diarreas infantiles se relacionan con la dieta.
Los niños del grupo O a menudo experimentan diarreas suaves a moderadas en respuesta al consumo de lácteos.
Los niños de los grupos A y AB son proclives a la Giardiasis lamblia, un parásito que remeda los atributos A.

Los niños del grupo B contraen diarrea si se les permite consumir demasiados productos del trigo, o en respuesta a la ingesta de pollo y maíz.
Si la alergia es causada por una alergia o una intolerancia relacionada con el alimento, el niño a menudo muestra otros síntomas que van de los círculos oscuros y abultados debajo de los ojos al eczema, la psoriasis o el asma.
A no ser que la diarrea se deba a una enfermedad más seria como una infección parasitaria, por lo general la obstrucción intestinal parcial o la inflamación se corrigen solas con el tiempo. Sin embargo, si la evacuación contiene sangre o mucus, solicite atención médica inmediata. La diarrea aguda también puede ser infecciosa y en ese caso hay que tomar medidas de higiene escrupulosas para evitar el contagio del resto de la familia.
A fin de restaurar el equilibrio adecuado de los líquidos durante las crisis de diarrea, limite el consumo de jugos de fruta. En su lugar, aliméntelo con trozos de carne o vegetales en la sopa. El yogur con cultivos activos L. acidophilus ayuda a mantener las bacterias beneficiosas en el tracto intestinal.

Infecciones del oído

4 de cada 10 niños menores de 6 años padecen infecciones crónicas de oído. Esto significa 5, 10, 15 inclusive 20 infecciones cada temporada invernal, una después de la otra. La mayoría de estos niños tienen alergias, tanto a los alimentos como a las partículas ambientales. La mejor solución es la dieta para su tipo de sangre.
La prescripción convencional es la terapia con antibióticos (amoxilina), pero fracasa cuando la infección es crónica, llevando al uso de antibióticos cada vez más sofisticados.
Los niños A y AB tienen mayores problemas con la mucosidad provocada por la dieta inapropiada (A por lácteos y los AB por lácteos y maíz) y sus sistemas inmunológicos son más tolerantes a una gama más amplia de bacterias (carecen de una sustancia química específica denominada complemento, que se necesita para atacar y destruir a las bacterias y de una lectina serosa : la proteína aglutinante de la manosa: azúcar de la superficie de las bacterias). Al crecer estos dos factores inmunológicos se desarrollan en cantidades apropiadas. Los naturópatas utilizan una hierba silvestre inmuno-estimulante, Echinacea purpurea que necesita un nivel adecuado de vitamina C (extracto de escaramujo de rosa). También se puede utilizar extracto de alerce, que tiene más componentes activos concentrados que la echinacea.
Los niños O y B mejoran en general cambiándoles la dieta a la adecuada para su grupo sanguíneo. Si el niño O es bebé, dándole leche materna en lugar de mamadera y si es mayor, eliminando el trigo y los lácteos.
En los niños B, el responsable generalmente es una infección viral que luego conduce a una reinfección con la bacteria Hemophilus. Debe restringir el consumo de tomate, maíz y pollo, cuyas lectinas reaccionan con las paredes del tubo digestivo y causan tumefacción y secreción de mucus que habitualmente pasa a los oídos y la garganta.
Para mejorar la inmunidad de cualquier niño, lo mejor es reducir su ingesta de azúcar. El azúcar deprime el sistema inmunológico, tornando inactivos a los glóbulos blancos.


Hiperactividad y dificultades de aprendizaje


Hay una serie de causas diferentes para los trastornos de déficit de la atención, pero algo podemos deducir al ver cómo responden los diferentes tipos de sangre a sus ambientes.
Los niños del grupo O son más felices, saludables y despiertos cuando se les brinda la oportunidad de ejercitarse hasta su máximo potencial.
Los niños del grupo A deberían ser alentados a practicar ejercicio en la medida de lo posible, incluyendo clases de gimnasia adicionales y deportes en equipo. Los niños A y AB se benefician con las actividades que promueven el desarrollo de las habilidades sensoriales y táctiles como la escultura y las artesanías o con las técnicas de relajación básica, como la respiración profunda.
Los niños del grupo B parecen responder bien a la natación y la gimnasia..
Se conjetura que estos trastornos son consecuencia de una deficiencia en el metabolismo del azúcar o la consecuencia de una alergia a las tinturas u otras sustancias químicas. No se puede extraer una conclusión real al respecto, si bien estos niños suelen ser muy remilgados y exigentes para la comida, lo cual sugiere una conexión con la dieta.
Los niños del grupo O tratados con dosis bajas de vitamina B-12 y ácido fólico y suelen tener de leves a acentuadas mejorías.
Si su niño sufre este trastorno, consulte con un especialista en nutrición acerca de la suplementación con B-12 y ácido fólico, además de la dieta para su tipo de sangre.

Angina estreptocócica, Mononucleosis y Paperas

Como los primeros síntomas de la mononucleosis y la angina estreptocócica son similares, a menudo es difícil diferenciarlas. Ambas traen garganta inflamada, malestar, fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, amígdalas inflamadas. Se necesita un análisis de sangre y un cultivo de fauces para determinarlo.
La angina estreptocócica es una infección bacteriana causada por un estreptococo. Frecuentemente presenta síntomas adicionales como secreción nasal, tos, dolores de oído, placas blancas o amarillas en las fauces y una erupción que comienza en el cuello y tórax y se extiende hasta el abdomen y las extremidades.
Se la suele tratar con antibióticos, reposo absoluto, aspirina y líquidos para el dolor y la fiebre.
Si el chico sufre infecciones repetidas, la terapia resulta ineficaz. En general, los niños O y B contraen anginas más a menudo que los A y AB debido a su mayor vulnerabilidad a los virus, pero se recuperan más fácil y completamente. En los niños A y AB se instala y resulta difícil desalojarlo y tienen infecciones reiteradas.
Un enjuague bucal preparado con hierbas Hidrastis canadensis y salvia es muy eficaz para mantener la garganta y amígdalas libres de estreptococos. H. canadensis contiene berberina, de actividad antiestreptocócica.
Lo malo es que tiene sabor amargo. Por eso es mejor comprar un atomizador y rociar la
garganta un par de veces por día. También se puede reforzar el sistema inmunológico con betacaroteno,vitamina C, zinc y echinacea.


La mononucleosis es una infección viral.

El grupo O parece ser más susceptible que los otros. No setrata con antibióticos porque es viral. Se recomienda reposo absoluto mientras dura la fiebre e intervalos frecuentes de reposo durante el período de recuperación de una a tres semanas. Para la fiebre se prescriben aspirinas y mucho líquido.
Los niños B corren más riesgo de tener paperas (parotiditis) severas, una infección de las glándulas salivales.
Si el niño es B y RH negativo, esté alerta a los síntomas de daño neurológico, particularmente a
problemas auditivos.

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